Para mi la música fue, es y será fascinación y seguimiento. Prácticamente no pasa día en que no escuche discos. Al salir a la calle es de obligación llevar el Ipod. Una, hace más llevadero el viaje, dos, no tenés que soportar las idioteces que la gente suele decir. Y tres, remueve recuerdos o elabora palabras en el cerebro.
Fascinación por como el arte mismo actúa sin depender de imágenes como si lo hacen el resto de las llamadas artes: literatura, cine, arquitectura, danza, la pintura y la escultura. De hecho la imagen es secundaria (los conciertos y video clips lo serían), es algo que viene de acompañante pero que no es necesario en un principio, ni regla general.
Incluso el interminable juego notas es lo que provoca en la mente, imágenes y recuerdos.
Fascinación también por como las melodías suelen tocar algún lugar del cerebro que para mi, ningún cuadro, película o libro son capaces. Menos que menos un edificio, un baile o una estatua.
Es algo que no requiere de una atención completa como las anteriores y que se puede disfrutar al tiempo que se realiza otra acción, como yo al escribir u otras personas al trabajar. A veces pasa que incluso pueden pasar tres, cuatro y hasta cinco canciones y olvidarme completamente que está sonando dado que la concentración está desviada a otro lado, pero que se rompe si una melodía es superior. Una buena canción es capaz de quebrar esa abstracción que suele aparecer cuando se escribe.
El seguimiento es por la búsqueda continua de cosas nuevas. De estilos, de grupos y de canciones. La música ya no es lo que era dirán algunos. Más bien el que no es lo que era es la persona. A pesar de que mucha mierda invadió las siete notas, siguen saliendo cosas muy buenas cada década, negarlo es vivir en el pasado, como a muchos les suele pasar. Es verdad que tampoco se tiene el tiempo de antes, incluso la paciencia. Pero hay tan buenos discos en el 2000 como en los 70. Incluso si los ponemos a la par, sin tener en cuenta quien es viejo y quien es nuevo, ya veremos cual se cree que es mejor.
Constantemente en las listas de las mejores canciones y discos de la historia de la música realizadas por viejos paladares, con suerte entra alguno de los 80. Ni que hablar del 90 y 2000. El problema debe ser la edad y la negativa a aceptar que lo que ya no es de su época, también es bueno y tiene tanta o más calidad que sus discos de antaño. Pareciera que en la biblia del critico de rock, no está permitido votar novedades.
La gente toma la música de diversas maneras. Algunos le importa realmente un carajo y escucha cualquier cosa. A otra le gusta un poco, es más selectiva y tiene algunos discos y mp3.
A otros realmente les interesa y les gusta estar informados de lo que puede venir y de los nuevos cd de las bandas. Por último los enfermos ortodoxos que no aceptan ningún grupo que sea un poco conocido, y con tal de hacerse pasar por sabios y eruditas, te nombra bandas que por el solo hecho de ser desconocido y haber nacido en Estonia son buenos. Cuando al escucharlos te preguntás por el dudoso gusto del muchacho y le querés explicar que debería hacerse una revisión mental más que auditiva debido a su idiotez.
Como bonus tracks están los amantes del revival. Esos tipo "Disco Stu" (un muy buen personaje amante de los 70 que viste de tal década) de Los Simpson, aunque sin tanto vestuario. Que no salen de la radio ochentosa o de clásicos ni con la orden del juez. Y de los que Nirvana ya les suena demasiado moderno. Muchas veces condenados por esta música a vivir en el recuerdo. O viceversa.
Si es cierto que difícilmente salga un estilo nuevo y original cien por ciento. Todas las novedades de ahora son creadas con elementos del pasado. La vuelta a ciertos sonidos de los 80 o al punk mezclado con electrónica es lo que he escuchado parece marcar tendencia. No son muy de mi agrado, sobre todo esta última que parece hecho con muy poca imaginación. Bueno, como el punk en general.
O será que me estoy convirtiendo en uno de esos viejos que reniegan de lo actual. De esto si que reniego, pero existe un listón de grupos surgidos en la década del 2000 que pueden mirar desde arriba a cualquiera. Y por suerte también los dinosaurios (U2, The Cure, Rolling Stones) y los no tanto (Radiohead, Massive Attack) siguen con cada novedad agradando en mayor o menor proporción, y enseñando como se debe hacer un disco con buenas canciones. A pesar de los idiotas de turno que manifiestan que siempre hacen los mismo. La música, por lo menos el rock, es "do, re, mi, fa, sol, la, si" y sus variantes, intercaladas entre ellas para componer una armonía y melodía que guste al oyente. La música no es poner cualquier mierda con el objetivo de contentar a las modas del momento.
Ayer empezó el verano, fue el día del padre en Argentina (iba a reírme de un lamentable artículo de La Nación donde redactaban los 10 mandamientos del padre moderno. El único moderno realmente y muy discutible era la creación de un blog o fotoblog con las instantáneas del crío) y el día de la música. Que debe hacer sido inventado ahora por las bajas ventas de discos en el mundo porque yo no me acuerdo en años anteriores de esta ridiculez. Pero me dio pie a escribir esta otra ridiculez.
Cinco tracks de "From A Basement On The Hill" (2004) de Elliot Smith.
#2 Let's Get Lost
#3 Pretty
#7 King's Crossing
#9 Twilight
#15 A Distorted Reality Is Now...
Este se clavó un cuchillo en el pecho (parece ser). Mirá que hay formas de matarse. Dejó un legado no inolvidable, pero bastante bueno. Este fue su último disco antes de palmarla en el 2003.
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