Malos recepcionistas de creaciones

Debe de ser una tarea algo irregular el ser recepcionista de creaciones no exactas, de creaciones que puedan tener una, dos, tres, cuatro, cinco y hasta diez interpretaciones diferentes. Muchas veces pendientes estas creaciones de sus estados de ánimo, de sus narcisimos, de sus envidias, de sus aires de totalitarismo sobre su teórico buen gusto, de sus noches de sexo, de los partidos ganados de su equipo de fútbol, de sus problemas personales, de sus presiones laborales, de sus dudas y sus miedos.

Yo tengo un largo historial sobre este asunto. La que mejor recuerdo es una chica del canal de televisión Antena 3, del departamento de nuevos proyectos. Después de finalizar el piloto (maqueta) de un programa de tv en base a una idea mía, comenzamos con la productora la tarea de intentar colarlo. Mis primeras charlas con esta mujer fueron verdaderamente buenas y esperanzadoras. Envío de un micro de tres minutos (un programa entero no lo ve nadie) y a esperar a ver que dice.

La respuesta no llegaba, así que había que consultar para saber que les había parecido.
- No tuve tiempo de verlo - fueron sus palabras. Se repitieron las mismas a lo largo de un mes con días de buen rollo, otros días de mal rollo. Hasta que cierta fecha, la mujer con un grito considerable me pidió que no la vuelva a llamar ¡nunca más!
Por supuesto entendí que no volvería a contactar con Madrid, a pesar de pedirle solo 3 minutos de su vida, que en realidad eran 3 minutos de parte de su trabajo, trabajo que indudablemente estaba haciendo mal.

Me terminó respondiendo después de realizar una jugada de amor y paz. Le envié un ramo de flores al canal, con el objetivo de robarle 3 minutos de su trabajo. Costó como seis meses, pero finalemente me dijo algo. La respuesta no hace falta desvelarla, está en esta misma oración.

Mi hermano de a poco está haciendo sus primeros laburos de diseñador gráfico (tresdeagosto.com es en buena parte hecho por él). La propuesta era para una publicidad gráfica sobre un producto. Fue enviando diferentes opciones a elegir (unas regulares, otras buenas, otras muy buenas), siendo rechazados una a una hasta contabilizar seis, número final que no pudo crecer porque los tiempos de entrega se acababan. El diseño final fue elegido por el propietario: un desastre. Esto seriamente corroborado por varias voces.

¿Qué pudo haber jugado acá? Primero el mal gusto del hombre indudablemente. Mal gusto que, muchas veces quienes realizamos estos procesos creativos, no llegamos a entender, no por una cuestión de comprensión, sino de comunicación de su parte. No logra expresar su pésimo gusto con claridad, entonces creemos que podemos jugar con lo aprendido, con el talento o con la complicidad que creemos poder ofrecer al receptor mediante la idea que se quiere transmitir.
Y segundo, su omnipresencia en la toma de decisiones, un mal que afecta a muchos empresarios. Estimulados por la correcta senda de sus negocios, creen que solo su palabra es la que vale. En todo. Desde el color de papel higiénico que tiene que haber en el baño, hasta la manera de llevar tal o cual reunión. Lo que se dice no delegar, algo que se termina volviendo en contra, sobre todo a niveles de salud.

Una solución es aclarar las reglas de juego de entrada (hacemos esto, no hacemos esto, recibimos, no recibimos, plazos concretos, etc), hecho que muy pocas televisiones, radios, productoras, editoriales o negocios hacen.
La otra y que más se atañe a este caso, puede estar en algo que ya he hecho alguna vez editando videos de espectáculos. Proponer no oficiar de creador sino tan solo de instrumentista. No se pueden presentar setenta ideas para ser rechazadas, tiene que haber un límite tan solo por respeto al tiempo del trabajador, sino a contratar a otro. Acá es el momento en el que yo veo que les suelen entran las dudas. Muchas dudas a la hora de elaborar y esbozar una mínima idea. Normal, como no tienen ni puta.... idea.

Cinco de "Teen Dream" (2010), Beach House.
#2 Silver Soul
#3 Norway
#4 Walk In The Park
#8 10 Mile Stereo
#10 Take Care
De estos pibes había escuchado exagerados comentarios que confirmé al oir sus dos primeros discos. Ambos me resultaban demasiado empalagosos. Estuvieron en el Primavera Sound la semana pasada en Barcelona y leyendo algunas reseñas, varios afirmaron haber visto uno de los mejores shows, en gran parte gracias a un nuevo disco que yo particularmente no había escuchado.
No es la bomba, pero este si que vale la pena. Como la cantante más o menos, que tiene ese no sé que, que la hace atractiva sin ser esencialmente bella.



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