martes, 16 de marzo de 2010

Progues y aburguesados al mismo tiempo

El domingo salió una crítica de Pablo Alabarces en el diario 'Crítica Digital' de Argentina sobre el exitismo desbordado (acorde con las costumbres argentinas) en aquel país después del Oscar conseguido por "El Secreto de sus Ojos" a mejor película de habla no inglesa.

Justo hace una semana o dos hablaba de los mismo pero en Madrid y con sus dos equipos de fútbol (Real y Atlético), comparando esto que es frecuente en Argentina ante un éxito y un fracaso de un producto, de una personalidad, de un equipo.

El comienzo era realista. Al tren se subieron demasiados (entre ellos la presidenta del país), o gente que la tomaba como propia, como una victoria de todos. Ridículo de verdad. Pero habiendo nacido, criado y vivido en Argentina no sé de que se sorprende.

El artículo de a poco se torna a la crítica del film en sí (en un momento lo llama reaccionario supongo que por el planteamiento conservador, que si es así el noventa por ciento del cine debería ser calificado de este modo), con lo cual hasta si llego a concordar que de obra de arte nada, es para mi una muy buena película y punto.
Justamente el estilo de films que gustan en Hollywood. Debería plantearse todo este desacuerdo exagerado de haber ganado en San Sebastián, Cannes o Berlín.
Pero estos premios al argentino medio le chupa un huevo.

Con el transcurso del texto las palabras parecían más una descarga de envidia ante un éxito que una crítica subjetiva a la película. Tirando a defenestrarla excesivamente al inverso de cuando a bodios insoportables del cine argentino se lo vanagloria demasiado (incluso solo se lo vanagloria y eso ya es un error).

Ni la película de Campanella es tan floja como la pinta (dándole también demasiada importancia a errores mínimos), ni el cine que hacen los mismos diez tipos de siempre en Argentina son tan buenas.
Y de esos diez solo valen tres. Los otros (hablo de todo el resto además de los otros siete) hacen un cine que jamás llegarán a donde llega Campanella ni de asomo. Pero cuidado, ganarán premios por jurados progues de las ideas, aunque muy aburguesados y snobistas de vida. Algo bastante contradictorio en algún punto.
Y así está el cine argentino, ese que por la crítica a 'El Secreto de sus Ojos' debe de gustar a Alabarces.

Del grupo sesentero Iron Butterfly: "In-A-Gadda-Da-Vida", también conocida como "In The Garden Of Eden", tema de 1968 que originalmente dura 17 minutos y pico.
El grupo duró poca cosa y se los conoce más que nada por esta canción.

El otro día viendo en 'Los Simpson' el excelente capítulo que Bart le vende el alma a Milhouse por cinco dólares, aparece esta canción al comienzo.
Antes de entrar a la iglesia Bart reparte la letra de este tema a los asistentes quienes durante 17 minutos cantan la canción "musicalmente diabólica" de la mano de la vieja que sin darse cuenta toca con el órgano los acordes de "In-A-Gadda-Da-Vida".
Tremenda escena.



Acá la original por ellos, supongo que no hace muchos años. Cortada a cuatro minutos, ¿quien se banca 17 de una canción?



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