miércoles, 24 de marzo de 2010

El arte de cortarse las uñas

Al lado de mi computadora está casi innamovible, obligadamente colocado a la derecha, acompañado por una lapicera negra, mi cuaderno de turno que me guia para cualquier idea. Tamaño medio, de espirales y en los posible sin renglones dictadores donde colocar las letras, palabras, canciones, discos, músicos, frases y diez mil pelotudeces más (como por ejemplo el listado de agentes y editoriales que cordialmente me dicen que me meta el manuscrito en el culo).

Mientras escribía en el cuaderno lo siguiente: MGMT = flash delirium, noté como las uñas presionaban la piel de los dedos provocando una pequeña pero muy hincha pelota molestia. Era hora de rasurarlas.

Los alicates (o cortauñas) tienen que ser duros, que al presionarlos haya que hacer fuerza. Si bajan fácilmente quiere decir que no cortan y que el trabajo va a salir mal (apretás, apretás y ahí queda el hilo de uña queriendo quedarse en el dedo).

Solía hacerlo en el lavamanos del baño. Hasta que me cagaron a pedos y pasé al inodoro, con la complicación que implica que las uñas restantes se pierdan por los suelos, disparadas por culpa del alicate, y ahí queden hasta que se barra.

El problema es como empezar. La zurda o la derecha de acuerdo a que mano maneje uno mejor. Soy diestro y si no lo pienso por vagancia arranco con esta. De razonarlo un segundo lo mejor es la zurda, así el trabajo más fácil queda para el final.
Uno no manipula igual con una que con otra y parece hasta torpe cuando se tiene que ejecutar acciones con la que no utiliza usualmente.

La posta es dejarlas en u o en n, de acuerdo si se miran los dedos con la mano para abajo o para arriba. Hay que concentrarse, apenas tragar saliva, mirar fijamente el recorrido a ejecutar. Pasarse de mambo puede llegar a ser muy rompe bolas, incluso llegar a sangrar. La medida tiene que ser aproximadamente igual para los diez uñas. Volver para cortar una sola te desvirtúa el orden y tenés que ir más veces al baño solo para cortar una uña de mierda. Las esquinas son importantes. Hay que sacarlas de cuajo. Se junta mucha mierda y la verdad queda mejor.

Los dedos después se sienten diferentes, rascarse hasta molesta un poco. La piel ahora descubierta tiene una dureza que incluso se puede cortar, de acuerdo a las ganas, que en general son pocas. Y eso que solo se hace una vez por semana.
La de los pies suele ser más espaciada en tiempo, como no se ven. Pero también tiene su concentrado trabajo.

MGMT es un grupo de música. Y 'flash delirium' el nombre de su nuevo corte. Lo anoto para escucharlo en youtube. Nada tiene que ver con alguna droga que estas palabras puedan hacer pensar. Con razón.

Cinco de "Scratch My Back" (2010) de Peter Gabriel.
#3 Mirrorball (de Elbow)
#4 Flume (de Bon Iver)
#8 The Book of Love (de The Magnetic Fields)
#10 Aprés Moi (de Regina Spektor)
#11 Philadelphia (de Neil Young)
Versiones de buenas canciones de buenos artistas tocadas con orquesta, ausentes de cualquier batería y guitarra. Si necesitás activar más vale escuches otra cosa, sino vale la pena entero.
En mi biblioteca i-tunes tuve que agregar una nueva década de música me cago. Y van seis ya de rock y demás yerbas.



www.tresdeagosto.com

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